AFEA

AFEA

 

            Cuando llegué a Egina, Afea, la diosa inmortal de la luz, estaba muerta.

 

 

Nunca pensé hallarte y ya encontrarte

con la tumba cubriéndote la cuna,

si antes que el sol estabas, y la luna,

y antes que hubiera luz en cualquier parte.

 

Qué deprisa han venido a sepultarte

los días que creaste y la fortuna:

eras más inmortal tú que ninguna

y alumbraste la luz para alumbrarte.

 

Toda la luz del mundo te aglutina,

toda la luz que hiciste y te recrea

te nombra y te convoca en la colina

 

donde yaces, ya muerta, eterna Afea,

donde estabas, en lo alto de tu Egina,

antes que el mundo y el mar que te rodea.

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